CÓMO CUIDAR LA PIEL Y EL PELO DE TU PERRO EN VERANO

La piel y el pelo del perro sufren, al igual que nosotros, los efectos del sol, de la mayor exposición al agua, al calor y a la humedad, elementos que pueden agredir su piel y deteriorar la salud y el aspecto de su pelo Te damos 2 sencillas claves para sus cuidados.

1. Tras el baño en el mar o en la piscina
Si tu perro se baña en la piscina o en el mar (en las zonas en las que está permitido) o le encanta jugar y revolcarse en la arena de la playa, es muy conveniente que después le enjuagues bien con una generosa cantidad de agua dulce tibia, o fresquita si está al aire libre; no hace falta que utilices champú, sólo es para eliminar los restos de sal, de arena o de cloro, que le pueden dañar la piel. Para los perros propensos a los problemas cutáneos (alergias, eccemas o dermatitis), deberías consultarle a tu veterinario si es conveniente permitirles estos baños.

Después hay que secarle bien con una toalla y si es necesario terminar con el secador, ya que no es conveniente dejarle húmedo si no va a tener la posibilidad de correr o de secarse al sol tras el aclarado.

Si tiene el manto largo y quieres seguir mimándoselo también en verano puedes aplicarle su producto acondicionador habitual para hidratar, fortalecer y dar brillo a su pelaje reseco por el sol.

En perros de manto negro intenso, la combinación de sol y agua salada suele provocar que el color del pelo se torne rojizo y aparezca como “quemado”. Hay que tener mucho cuidado e intentar que no se exponga demasiado al sol, especialmente después de bañarse en el mar.

Cuando el pelo no está suficientemente hidratado y empieza a tener la sospechosa apariencia de un “estropajo”, tiende a anudarse con gran facilidad y en los nudos se acumulan los restos de champú, la humedad y el mal olor, molestándole y perjudicando la salud de su piel, que con los nudos no se puede “airear” adecuadamente.

Si a tu perro le gusta mucho estar “en remojo” todo el día, presta atención especial a sus oídos, sécaselos y protégeselos para evitar las molestas otitis.

2. Si le cortas el pelo, no le rapes
Si tomas la decisión de cortarle el pelo, es imprescindible tener en cuenta que se debe dejar siempre una longitud mínima de al menos unos dos o tres centímetros, para protegerle la piel y no exponerla totalmente a los rayos solares y a las agresiones del medio ambiente. Esto evita quemaduras y trastornos cutáneos, que llegan a ser graves, especialmente en los perros de piel más delicada, y sobre todo en los cachorros.

Hay razas o tipos de pelo como el del Chow-Chow , los perros nórdicos o el Pastor Alemán, por ejemplo, a los que no se les debería cortar el pelo, resulta mucho más saludable cepillarles con frecuencia para ayudarles a eliminar el pelo muerto.

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